domingo, 26 de mayo de 2013

PSICOAROMATERAPIA.

LA PSICOAROMATERAPIA
Los olores y los colores pueden ser de gran ayuda para armonizar el equilibrio psíquico y equilibrar las emociones.
Las sustancias aromáticas, aceites esenciales, resinas y la aromaterapia en general, han sido tradicionalmente utilizadas en situaciones emocionalmente especiales. En todas las culturas y religiones desde la antigüedad se han empleado en los rituales para predisponer a las personas al culto.
No es raro pues, que la aromaterapia preste actualmente mucha atención a esta faceta psíquica del empleo de los aceites esenciales.
Su total inocuidad, y la facilidad para alcanzar unos “mínimos operativos” en personas vocacionalmente predispuestas, han producido un exagerado auge de los elixires florales. Partiendo de las propuestas de Edward Bach, y de su método psicoterapéutico, que produce excelentes resultados, no hay semana que no aparezca una línea nueva de elixires florales. El profesional debe reflexionar sobre qué bases y cómo debe enfocarse la práctica de las medicinas de criterio naturista y su rol social.
Una aplicación del método Bach, con productos basados en aspectos fisiológicos más objetivos y ponderables, es posible con la Psicoaromaterapia.
La Psicoaromaterapia es una rama de la fitoaromaterapia que estudia la acción de los aromas de los aceites esenciales, sobre las reacciones emocionales y el comportamiento del ser humano.
En psicoaromaterapia el profesional mediante el empleo de aceites esenciales intentará desbloquear y armonizar el individuo regulando el ritmo de sus órganos para mejorar la gestión de los estados psico-emocionales.
Los terapeutas manuales pueden incorporar aceites esenciales a su trabajo, y asociarlos muy bien con su especialidad en el curso de sus tratamientos.
Profundizar en la psicoaromaterapia puede resultar muy interesante para todos los profesionales amantes de las terapias naturales.
1.EL SENTIDO DEL OLFATO
Cualquier cuerpo que emite olor, lo hace químicamente, soltando a la atmósfera moléculas aromáticas. Las más ligeras se difunden más lejos, y se perciben más.
No es el lugar para profundizar en la fisiología del olfato, pero a grandes rasgos en el organismo, estas moléculas aromáticas que flotan en el aire, son captadas en las fosas nasales, donde unas células nerviosas, las neuronas receptoras del olfato, de las que hay más de 1000 tipos diferentes, de forma especializada, detectan y discriminan los olores. Son capaces de detectar miles de aromas diferentes.
La información es enviada al cerebro, que nos hace tomar conciencia de estos aromas, los memorizamos y los relacionamos, con determinadas situaciones, lugares, sensaciones, emociones etc a través del sistema límbico. El sentido del olfato es 10.000 veces más sensible que cualquier otro sentido, pues su reacción al estimulo es inmediata y directa, dado que sus terminales nerviosas están conectadas directamente con terminaciones cerebrales.
El sentido del olfato es la conexión más directa entre el cerebro humano y el medio ambiente.

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